Por Rachel Fatyanov
Luché con la soledad, depresión, ansiedad y mal humor durante e inmediatamente después de mis años universitarios.
Cuando percibí que había alcanzado mi límite de sufrimiento emocional, me meto de lleno en un sinnúmero de artículos de autoayuda sobre la felicidad, el budismo/zen, yoga; e incursiono en la Nueva Era y las prácticas ocultas —leía libros, horóscopos diarios, visitaba parapsicólogos, quirománticos, exploraba la meditación y la sanación con cristales/energía.
Solo quería saber, como hacen muchos: “¡Qué hago con mi vida!”
En todo ese tiempo creía en la existencia de Dios, pero era más fácil reemplazar el nombre de Dios con el de “Universo”.
La gota que rebalsó el vaso fue cuando pagué 200 USD para un programa en línea, sobre la sanación de chacras que PROMETÍA la felicidad, para toda la vida. Estaba sola en mi habitación con la computadora, esperando desesperadamente la introducción en vivo del seminario que “no me podía perder”.
Empezó la cuenta regresiva de 10 segundos, y de repente, oí claramente en mi corazón: "No necesitas esto, apaga la computadora". Cerré la laptop faltando algunos segundos.
“¿Y ahora qué?” Me pregunté a mí misma. Durante los siguientes días hubo muchas revelaciones —no iba a encontrar la felicidad y la sanación que necesitaba en ningún programa creado por el hombre. Tales cosas provienen de Dios, ¡y son gratis y eternas!
Descubrí everystudent.com a través de una búsqueda en Google sobre Jesús. Su nombre no era nuevo para mí, pero estaba preparada para conocer quién era o es Él, y qué hace que sea la piedra angular de la fe cristiana.
Por primera vez, entendí lo que Jesús me ofrecía, y me sentí por demás invitada a tener una relación con Él. Estaba muy emocionada, sabiendo que mi búsqueda de sanación y felicidad había terminado, y que Su amor me cubriría.
Oré una oración de salvación, de rodillas, en mi habitación. Después de rendirme finalmente y dejar entrar a Dios, Él ha estado trabajando en cada área de mi vida desde entonces.
En retrospectiva, mi interés y relación con la Nueva Era y las prácticas ocultas se vieron motivadas por el hambre de conocimiento oculto, sabiduría, respuestas inmediatas a todas mis preguntas, y por una orientación vital. Como muchos otros, solo quería tener una sensación de control y un propósito para mi vida.
Desde que conozco a Dios a través de Jesucristo, me di cuenta de que Él ya nos ha revelado todo lo que necesitamos saber, y está en Su Palabra: la Biblia.
Quiero advertir a la gente que no se deje engañar por quien afirma tener el poder de revelar lo desconocido sobre su futuro. Yo caí en la trampa de adorar al “Universo”, hasta que conocí al Creador del Universo —Aquel que dio existencia a las estrellas, el sol y la luna.
Para cualquiera que se encuentre luchando por responder a la misma pregunta que yo: "¿Qué hago con mi vida?", la respuesta es sencilla. No hay nada más que hacer que buscar y seguir a Jesús.
Todo lo demás encuentra su lugar. No puedo imaginar mi vida sin Dios. Él es mi padre celestial que cubre mis necesidades, un consolador ante mis llantos, un abogado que enfrenta mis batallas, un amigo sabio que guía cada uno de mis pasos, y mucho más.
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