Si alguna vez escuchas de cerca la conversación de las personas, te darás cuenta de algo inmediatamente: la gente busca cosas en común. Imagina que dos desconocidos están sentados juntos en un avión. La conversación puede ser algo así:
– "¡Ah, estos aviones, odio volar!"
– "Yo también. Yo viajo siempre por negocios, pero no me acostumbro".
– "¿Así que va a Baltimore por negocios?"
– "No, tengo familia allá. Voy a ver algunos familiares".
– "Yo también tengo familiares allá. Usted creció en Baltimore?"
– "Si, lo hice".
– "Que bien, yo también".
Cuando nosotros conversamos, buscamos temas en común para hablar. Buscamos algo que nos una o junte. Cuando la gente no lo puede encontrar "no tienen nada de que hablar", o quizás comienzan a hablar del clima (una generalidad muy obvia).
Es más fácil de relacionarse con las personas cuando se tiene cosas en común. Como humanos, nos podemos relacionar mucho mejor con otro humanos que a una roca o a un árbol. Por las grandes diferencias entre nosotros y las plantas, no existe un nivel de relación con ellas. Esto puede sonar ridículo, pero es un fenómeno obvio en nuestras vidas.
Otra cosa que se debe notar: a medida que compartimos más cosas similares con otro, la relación se hace mejor. Aunque nos podamos relacionar con una planta, nos podemos relacionar mejor con un animal (mascota). ¿Por que? Porque los animales se parecen más a las personas que las plantas. Mientras mas similitudes existan entre las dos partes, mayor es la posibilidad de relacionarse y mayor nivel de relación.
Quizás este fenómeno explica algo que vemos en el primer libro de la Biblia. Allí encontramos que Dios creo a la humanidad "a su imagen". Nada sobre la tierra excepto las personas han sido creadas igual a Dios.
¿Que significa ser creado a la semejanza de Dios? Quizás es la forma en que nos ha diseñado para compartir algunas de las cualidades que El tiene. Aunque aceptémoslo, a un nivel menor nosotros también podemos razonar, sentir, comunicarse a través de la palabra, crear, imaginar, hacer daño profundamente, tener alegría, comprender el humor. Y, como Dios, nosotros también tenemos un aspecto inmaterial único -- un espíritu. Y tenemos conciencia-- "Pienso, luego existo".
En muchas maneras, parece que Dios nos a creado como versiones finitas de su propio ser infinito. Esto debe decirnos algo sobre su intención: digamos, su deseo de relacionarse con nosotros. Considera esto: tú con todos tus rasgos únicos, y habilidades, y emociones e imaginación, eres una muestra caminante ilustrando cualidades que son mini-ejemplos del carácter y ser de Dios. El nos diseña para relacionarnos con El, y tú eres prueba de eso. De hecho, cada persona lo es. Aunque cada ser humano es único de el o ella misma (lo cual es un milagro en si) somos todos a la imagen de Dios.
Y siendo humanos también significa que estamos en una posición única para alabar a Dios. Piénsalo. ¿Cuando fue la última vez que ibas por un camino rural y viste a un rebaño de vacas teniendo una ceremonia religiosa? Excepto por dibujos animados, los animales no alaban. Pero en cada parte de la historia humana, y cada parte del mundo, los seres humanos han estado de alguna u otra forma relacionados en una forma de alabanza. Quizás es por eso que hemos sido creados a la imagen de Dios, parecidos a El. Algo dentro de nosotros sabe que la vida tiene un elemento espiritual, y que Dios debe estar involucrado.
Para aprender más de cómo tener una relación con Dios, ve ¿Te gustaría conocer a Dios personalmente? o lee la sección llamada "Juan" en la Biblia.
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