Por Marilyn Adamson
J.I. Packer lo expresó bien: “Somos crueles a nosotros mismos si procuramos vivir en este mundo sin conocer al Dios de quien es el mundo y quien lo dirige”.1
Cuando era ateo, quería encontrar una filosofía, un enfoque de la vida que pudiese resolver cualquier situación. Pensaba que, si encontraba la razón correcta para vivir, una meta sólida o un enfoque bien probado y viable, sería capaz de manejar cualquier cosa. Yo podría ser totalmente capaz.
Mi búsqueda ha sido constante. Estudié cada filosofía hasta que la entendí. Luego la ponía a prueba. Probé varias filosofías y todas me parecieron poco realistas o insuficientes.
No me di cuenta de que en realidad necesitaba contar con una persona que estuviese a mi lado a través de la vida. Una persona sin límites, sin fracasos, y con una sabiduría ilimitada que estuviese dispuesta a compartir conmigo.
La vida de un amigo provocó que sopesara otra una mirada. ¿Podría Dios realmente existir?
Luego de investigar la existencia de Dios durante una año y medio, le pedí que entrara en mi vida.
La Biblia describe como cierto lo que descubrí “…si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”2
Se menciona a Cristo, porque es Jesucristo quien produce este cambio. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.3
Aún más sorprendente, es que, al leer sobre la vida de Jesús en los Evangelios, observé con qué frecuencia -y con qué detalle- él describe su amor por nosotros.
Aquello que comenzó como una búsqueda intelectual se convirtió en una conciencia muy personal, Dios era mucho más de lo que yo esperaba. Descubrí que el amor de Dios no se basa en “si lo vamos a hacer…” o “cuándo lo vamos a hacer…” No depende de nuestras acciones o si merecemos el amor de Dios. No lo merecemos. Él nos ama porque está en su naturaleza amar.
David en los Salmos dice: “Tu amor es mejor que la vida…”4 y “en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz”.5
Cuando comenzamos una relación personal con Dios la vida comienza a cobrar sentido.
He aquí algunos ejemplos de personas que han escrito a nuestro sitio:
- Me encanta poder confiar en Dios.
- Ahora estoy en una relación con Dios. Es verdad que estamos diseñados para tener una relación con él. Me siento Completo.
- Gracias por abrir mis ojos y corazón en cuanto cómo podría entablar una relación con el Señor.
- Era ateo y recién conocí a Cristo hace 6 semanas. Mi relación con él es increíble y continúa creciendo. Mucha de las cargas que me pesaban se eliminaron y jamás me he sentido tan feliz en mi vida, porque Dios es fiel y continúa demostrando su amor por mí.
- Les agradezco tanto por ayudarme a descubrir a Dios —el sitio web me ha ayudado a comenzar mi búsqueda para conocer a Dios, aunque sé que fue Dios quien me buscó.
- De a poco estoy aprendiendo acerca de este increíble Jesús, nuestro Señor, nuestro Salvador. Debo admitir que estoy asombrado de nuestro Dios. Es maravilloso. Estoy comenzando a conocerlo con mayor facilidad, y entusiasmado por leer el libro de Juan. Me siento orgulloso de ser un seguidor de Jesucristo.
- Gracias por ayudarme a encontrar a Dios y a mí mismo.
- Ahora sé que me puedo presentar ante Dios con sentimientos negativos. No siempre tengo que hacerme cargo, o hablar de ellos con alguien, o beber en consecuencia. Puedo ir a Dios con ello.
Dios puede cambiar tu vida. No será sin problemas. Aún tendrás desafíos en las relaciones interpersonales, quizás problemas financieros, etc. Seguirás siendo un ser humano, viviendo en nuestro mundo. Y está lejos de ser perfecto.
Sin embargo, Jesús dice: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.6 No vamos por la vida a ciegas. Él nos guía.
Él apacigua nuestros temores. No importa lo que pase, se puede confiar en Dios. Jesús dijo: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. Anímense. Yo he vencido al mundo”. Él es más fuerte que cualquier problema, y como amigo íntimo, camina a tu lado a medida que lo atraviesas.
Cambia áreas de nuestras vidas que nosotros no podemos cambiar. La Biblia no dice que hay áreas de nuestra vida que nos esclavizan, que nos condicionan.
No queremos enojarnos, aun así, perdemos los estribos. Quizás queremos ser generosos, pero es difícil anteponer a otros por encima de nuestras necesidades y deseos. Incluso cuando queremos ser libre, batallamos con el odio hacia los demás o hacia nosotros mismo, y al parecer no podemos librarnos de ello.
Cuando llegamos a conocer a Jesús, él nos dice: “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.7 Él cambia la manera cómo vemos la vida, cómo pensamos acerca de los demás y cómo pensamos acerca de nosotros mismos. Dios es increíble y más real de lo que te puedes imaginar ahora.
El amor de Dios hacia nosotros es tan genuino que él mismo proveyó el camino para que nos acercáramos a él. Aquello que impide que las personas se vinculen con Dios, es nuestro pecado (nuestros pensamientos o acciones los cuales Dios considera incorrectos). Si te estás preguntando el motivo por el cual tus oraciones no llegan a buen puerto, puede que sea por esto. El pecado nos aparta de Dios, que es santo.
La consecuencia del pecado es la muerte. Eso significa estar separados para siemmpre de Dios por nuestro pecado. Por amor a nosotros, Jesucristo, el Hijo del Dios, murió en nuestro lugar. Jesús cargó todos nuestros pecados sobre sus hombros mientras moría voluntariamente en la cruz.
“Dios muestra su amor para con nosotros. Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”8 Jesús hizo esto para que pudiéramos ser completamente perdonados…para siempre. La pared de pecado que nos separaba de Dios ya no existe.
Se le brinda una relación con Dios a todos los que crean en Jesús y acepten el ofrecimiento del perdón de Dios.
Las religiones a menudo establecen un escenario unidireccional donde te esfuerzas, alabas a Dios, llevas a cabo los rituales, obedeces las reglas, demuestras tu devoción a Dios. Se trata de obediencia, pero no existe una relación.
Por el contrario, la Biblia claramente presenta a Dios como acogedor, como deseoso de guiarte a la vida real que él creó para ti, mientras él te guía íntimamente. Nos invita a conocerlo y confiar en él.
Las personas pagan bastante dinero por un “coach de vida”. Esta es una persona que llega a conocer la vida de otra persona, sus horarios, relaciones, decisiones y busca guiarla hacia una mayor productividad y satisfacción en la vida.
Dios nos conoce mejor que cualquier coach de vida. Él conoce nuestro pasado, presente y futuro. Conoce todas nuestras relaciones pasadas y su impacto en nuestras vidas. Sabe por qué nos creó, conoce nuestras necesidades, las áreas que nos pesan, aspectos de nuestra vida que querríamos cambiar, pero no podemos.
Es la religión la que crea exigencias. Jesús quiere guiarnos a la libertad. Él dijo: “Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.9 9 ¿Libres de qué? De preocupación, falta de propósito, miedo, odio, hábitos destructivos.
En lugar de obligaciones religiosas, Jesús nos conduce a un descanso vivificante. Jesús dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso…y así hallarán descanso para el alma”.10
¡Esta vida no es fácil! Pero en medio de nuestras preocupaciones, hay un Dios poderoso a quien puedes conocer, que puede ofrecerle paz a tu corazón y ser una fuerza vital para ti, más allá de lo que podrías lograr por ti mismo.
Y, a medida que hablas con él y confías en él, verás que te escucha. Esto no significa que le damos órdenes a Dios y él hace lo que deseamos. Sin embargo, sabemos que nos tiene muy presentes y que es capaz de cuidar de quienes confiamos en él. Dios obrará en situación de manera sabia y cariñosa. A media que conozcas a Dios, tu fe en él crecerá.
Jesús dijo: “Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica. Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida.”11
Cuando invitamos a Jesús a nuestras vidas, recibimos su perdón y comenzamos a una relación que dura para siempre. Jesús nos invita a entablar una relación con él de esta manera. Él dijo: “Yo estoy a la puerta (de tu corazón) y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él (ella).”12
Si deseas hacer esto, pero no estás muy seguro cómo ponerlo en palabras, esto puede ser de ayuda: “Jesús gracias por morir por mis pecados. Tú conoces mi vida y sabes que necesito ser perdonado. Te pido que me perdones en este momento y que entres en mi vida. Quiero conocerte de verdad. Entra en mi vida ahora. Gracias por querer tener una relación conmigo. Amén”.
Dios considera que tu relación con él es permanente. Jesucristo al referirse a aquellos que creen en él nos dice: “Mis ovejas me siguen. Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano”.13
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Notas al pie: (1) Mateo 7:29 (2) Mateo 16:15-16 (3) Juan 5:18 (4) Juan 10:33 (5) Marcos 14:61-64 (6) Juan 8:19; 14:7 (7) Juan 12:44, 14:1 (8) Marcos 9:37 (9) Juan 15:23 (10) Juan 5:23 (11) Juan 10:38 (12) Juan 8:46 (13) 1 Pedro 2:22 (14) Mateo 27:54 (15) Marcos 4:41 (16) Juan 11:48 (17) Juan 9:25, 32 (18) 1 Corintios 15:14 (19) Apocalipsis 3:20 (20) Juan 10:10