×
BUSCAR
CadaEstudiante.com
Un Lugar Seguro para Explorar
 Inquietudes acerca de la Vida y Dios
Relaciones

Diecinueve hombres más tarde

Jamás pensé estar en un club de striptease o prostitución…

WhatsApp Share Facebook Share Twitter Share Share by Email More PDF

Por Tenisha Gainey

Cuando me gradué de la secundaria y fui a la universidad, jamás hubiese creído que me convertiría en una prostituta. Pero eso fue exactamente lo que terminó ocurriendo.

Estaba entusiasmada de ir a la universidad porque me parecía más interesante que quedarme en casa e ir a un colegio comunitario. Mientras estaba allí, disfrutaba del ambiente universitario: las fiestas, la libertad y la oportunidad de obtener una educación superior. Ir a la universidad fue uno de mis mayores logros y graduarme era mi objetivo número uno.

III-preparada para la universidad

Pero de algún modo, no estaba preparada para lo que estaba a punto de ocurrir. En mi primer semestre descubrí que estaba embarazada. En el segundo semestre comencé a ir a fiestas sin parar. Al llegar al tercer semestre, pensé que solo había tres cosas que quería: ganar dinero, tener cosas buenas y ser “feliz”. Luego de hablar con algunos muchachos del campus, que trabajaban en un club local de striptease, pensé que convirtiéndome en una bailarina exótica era la mejor forma de conseguir las tres cosas.

El padre de uno de los muchachos era el dueño del club. Él tenía un lindo BMW y los últimos dispositivos electrónicos: TV de pantalla plan, computadoras de última generación, todo lo que hubiese deseado. Al poco tiempo, estaba en el club echándole un vistazo. Una vez que terminé de chequearlo y pensar en todo lo que me podía comprar con el dinero, le dije: “Lo voy a probar”. Y luego de un par de fines de semana, me acostumbré. Pero eso fue solo el comienzo, porque hablaba con la gente y cada vez obtenía el dinero de manera más rápida. Al poco tiempo de comenzar, empecé a “aceptar citas” que es prostituirse.

Pero unos diez meses más tarde, mi vida estaba a punto de sufrir un giro inesperado de 180 grados cuando intervino Jesús.

Jamás lo hubiese imaginado…

Uno de mis muchachos pagó el anticipo de un auto para mí, pero yo debía obtener el dinero para pagar la compra y para el anticipo del seguro. Estaba regresando a mi auto cuando un modelo Lincoln Town Car, último modelo de color perla se detuvo a mi lado. En el interior del auto había un hombre blanco que prácticamente me doblaba en edad. Conversamos de trivialidades y me invitó a almorzar.

Subí al auto, y fuimos a un restaurante de comidas rápidas a la vuelta de la esquina Hablamos, nos reímos y comimos. Al finalizar la comida, él me invitó a participar de un estudio bíblico de los miércoles a la noche en su iglesia. Sentí que me habían pillado vendiendo drogas a un policía encubierto, pero acepté ir. Esa noche en la iglesia Dios me habló de todo lo que había estado haciendo. Yo siempre buscaba justificarme: “Dios conoce mi corazón. Soy una buena persona. Tengo que comer”. Pero sabía que ya basta. Fui al altar y le entregué mi vida a Jesucristo. Fue en julio de 2003.

Estaba muy emocionada por mi elección y se lo conté a todos mis amigos y familia. También le dije a los muchachos, que me llamaban para una cita, que ya no me interesaba porque estaba viviendo mi vida como cristiana. Hice todo lo posible para ver cómo pagar el auto, pero no pude hacerlo, así que se lo devolví a su dueño. Corté todo lazo de trabajo en el club de striptease, así que me quedé sin trabajo. Leía mi Biblia diariamente, oraba y creía que Dios lo solucionaría. Y finalmente, Dios lo hizo.

Mi nueva vida alejada de la prostitución

Regresé para ir a un colegio comunitario cerca de casa. Completé un semestre allí, luego del cual, no pude ir al campus porque no tenía un auto. Mantuve la fe en que mejores días vendrían y que todo resultaría bien. Incluso, con mi reciente confianza en Dios, todavía me sentía confundida, deprimida y preocupada. Estaba confundida porque pensé que, si simplemente oraba y creía, todo iba a ser un jardín de rosas, pero no fue así. Estaba deprimida por la situación de mi vida y por no contar con las cosas materiales que sentía que necesitaba. Y estaba preocupada, porque no tenia idea de cómo iban a volver las cosas a su cauce.

Llegó el final de agosto y al no tener un auto, no me matriculé en la universidad. Conseguí un trabajo en un comedor de la base naval del pueblo vecino, pero me costó encontrar alguien que me llevara, así que, después de un mes, renuncié. Confiaba de que las cosas mejorarían, así que seguí yendo a la iglesia, leyendo la Palabra, orando y confiando en Él.

En febrero del año siguiente, recibí por correo un cheque de una herencia a raíz de la muerte de mi abuela, así que pude comprar un auto y volver a estudiar. En mayo de 2007 me licencié en Contabilidad. ¡Ahora estoy trabajando en la industria de la salud y mi auto funciona lo más bien!

También pude publicar la historia de mi vida personal en un libro titulado 19 Men Later (19 hombres más tarde): Cómo me amó alguien de verdad.

Tú también puedes conocer esta nueva vida

¿Has estado persiguiendo cosas materiales? ¿Estás cansado de tu vida actual? Echa un vistazo a tu vida. ¿Cómo la describirías? ¿Emocionante? ¿Frustrante? ¿Ansiosa? ¿Estresante? ¿En el futuro? ¿Te contienes? Para muchos de nosotros, a veces es todo esto. Hay cosas que soñamos hacer algún día, hay cosas que querríamos olvidar. La Biblia nos dice que Jesús vino para hacer nuevas todas las cosas. ¿Cómo sería tu vida si pudieras comenzar de cero?

Si buscas paz, hay una forma para que haya equilibrio en tu vida. Nadie puede ser perfecto, ni tener una vida perfecta. Pero cada uno de nosotros tiene la oportunidad de vivir la gracias perfecta, mediante una relación personal con Dios, a través de su Hijo, Jesucristo.

Él te ama y te invita que lo conozcas. Sea cual fuesen los fracasos en tu vida, no importa. Jesús llevó él mismo tus pecados y pagó por ellos en la cruz. Luego resucitó de entre los muertos Él también puede restaurar tu vida…brindándote una nueva vida, a través de una relación con él.

Puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe a través de la oración. Orar es simplemente hablar con Dios. Dios conoce tu corazón y no está preocupado por tus palabras como lo está por la actitud de tu corazón. He aquí una oración sugerida:

Señor Jesús, quiere conocerte personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te pido que entres en ella como mi Señor y Salvador. Toma el control de mi vida. Gracias por perdonar mis pecados y darme la vida eterna. Hazme la clase de persona que quieras que sea.

 INVITÉ A JESUS A ENTRAR EN MI VIDA (A CONTINUACIÓN INFORMACIÓN IMPORTANTE)…
 ME GUSTARÍA INVITAR A JESUS A ENTRAR EN MI VIDA, PERO NECESITO MAS INFORMACIÓN…
 TENGO UNA PREGUNTA…

COMPARTE ESTA PÁGINA:
WhatsApp Share Facebook Share Twitter Share Share by Email More