Tu y yo vivimos en un mundo tridimensional. Todos los objetos físicos tienen una altura, anchura y profundidad determinadas. Una persona puede parecerse a otra o comportarse como otra, e incluso sonar como otra pero, una persona no puede ser igual a otra, porque son individuos distintos.
Sin embargo, Dios vive sin las limitaciones de un mundo tridimensional. Él es espíritu, y es infinitamente más complejo que nosotros.
Es por eso que Jesús, el Hijo, puede ser diferente del Padre, pero al mismo tiempo el mismo.
La biblia habla claramente de: Dios Hijo, Dios Padre y Dios Espíritu Santo. Pero enfatiza que solo hay UN Dios.
Si para esto usásemos las matemáticas, no sería: 1+1+1=3; más bien sería: 1x1x1=1. Dios es un Dios trino.
De ahí el término: “Tri” significa tres y “unidad” significa uno, Tri+Unidad=Trinidad. Es una forma de reconocer lo que la biblia nos revela sobre Dios, que Dios es tres “Personas” que tienen la misma esencia de deidad.
Algunos han intentado ilustrar la Trinidad con ejemplos humanos, como que el H2O es agua, hielo y vapor (todas las formas son diferentes pero, todas son H2O). Otra ilustración sería el sol, de él recibimos luz, calor y radiación. Tres aspectos distintos pero un solo sol. Ninguna ilustración será perfecta.
Pero desde el principio vemos a Dios como una Trinidad. En el libro de Génesis, el primer libro de la biblia, Dios dice, “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… hombre y mujer [Él] os creó”1. Aquí se ve una mezcla de pronombres plurales y singulares.
Cuando Moisés le preguntó a Dios por su nombre, Dios le respondió: “Yo soy”, lo que se entiende que existe eternamente.
Jesús usó la misma frase en numerosas ocasiones. “Yo soy la luz del mundo” “Yo soy el pan de vida” “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”.
Abraham es alguien mencionado en Génesis, miles de años antes de que Jesús viniera a la tierra. Sin embargo, Jesús dijo de sí mismo: “Antes de que Abraham naciera, yo soy”. Los judíos entendieron completamente lo que Jesús estaba diciendo, ya que recogieron piedras para matarlo por “blasfemia” es decir, por pretender ser Dios2. Jesús siempre ha existido.
Esto ocurrió una y otra vez. Jesús fue muy claro respecto a su relación única con el Padre. Por eso, “los judíos redoblaban sus esfuerzos para matarlo, pues no solo quebrantaba el sábado, sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios3.”
Durante toda la eternidad, el Padre, Hijo y Espíritu Santo siempre han estado en relación y comunicación entre sí pero, no como tres dioses… sino como un solo Dios.
“Las tres personas de la Trinidad tienen nombres relacionales. La primera persona en la Trinidad se llama Padre, no se puede llamar Padre menos que se tenga un hijo. Y lo mismo aplica para la segunda persona de la Trinidad, no se puede llamar Hijo a menos que se tenga un padre. La tercera persona de la Trinidad se llama tanto Espíritu del Padre (Mateo 10:20) como Espíritu del Hijo (Gálatas 4:4-6)”4.
Esto responde la pregunta:
En la tierra, Jesús continuó hablando con el Padre y, el Padre y el Espíritu continuaron comunicándose con él.
Aunque no es una lista completa, aquí hay otras escrituras que muestran que Dios es uno, en Trinidad.
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Notas al pie: (1) Génesis 1:26,27 (2) Juan 8:56-59 (3) Juan 5:16-18 (4) Barry Adams, The Kingdom Belongs to Little Children [El reino pertenece a los niños pequeños], página 40. (5) Deuteronomio 6:4 (6) Isaías 45:5 (7) 1 Corintios 8:4 (8) Mateo 3:16-17 (9) Mateo 28:19 (10) Juan 10:30 (11) Juan 14:9 (12) Juan 12 :45 (13) Romanos 8:9 (14) Mateo 1:20 (15) Lucas 1:35 (16) Juan 14:16-17,23